martes, 22 de septiembre de 2009

Banco del tiempo

¿Te imaginas poder disfrutar de un masaje gratis en tu propia casa? ¿ y que tal que alguien te ayude a montar un mueble o a sacar a pasear al perro gratis? Pues esto es posible gracias a los bancos del tiempo.

Los miembros de los bancos del tiempo ponen a disposición de otros sus conocimientos y habilidades para resolver un problema, echar una mano o sencillamente para estar juntos.

Laura tiene un problema con el correo electrónico que está bloqueado desde hace tres días. Marcos tiene un jardín grande, pero carece de tiempo para cuidarlo. Mónica se mudará pronto a un nuevo apartamento, pero todavía no ha empaquetado en cartones las decenas de libros de su biblioteca.

Las pequeñas tareas de la vida diaria pueden representar a veces un problema nada fácil de resolver. Incluso en la era de la tecnología y de la globalización, lo más sencillo puede resultar difícil.

Y, sin embargo, Laura dispone de mucho tiempo libre. Marcos es un experto en informática y Mónica es una apasionada de la jardinería. Bastaría presentarlos para resolver sus pequeños problemillas diarios.

Crear un punto de encuentro para intercambiar servicios, conocimientos, competencias y productos, es lo que se propone un banco de tiempo.

Un banco sin dinero
El principio es simple: los miembros ofrecen y reciben bienes y servicios.

Básicamente, se trata de una red de solidaridad, donde las personas ofrecen lo que saben hacer y ponen a disposición su tiempo. Como cualquier banco que se precie, también en estos sistemas se les da una cuenta a los miembros en la que registran todos los intercambios, es decir, tanto los servicios recibidos como los prestados.

La única diferencia, es que son instituciones sin ánimo de lucro y los intercambios se efectúan en un ambiente de confianza y amistad mútuas.

Ayudar una hora en una mudanza se contabiliza igual que una hora de trabajo de jardinería o de consultoría informática. Al fin y al cabo, una hora es igual aquí que en Pekín. Obviamente esto no sería válido para tareas muy complicadas o arriesgadas, pero estas no entrarían a formar parte del banco.

Superar la crisis con la solidaridad
Las redes sociales de intercambio nacieron en Canadá en 1984, en una zona especialmente golpeada por la crisis y el desempleo. Su objetivo era dar un nuevo impulso a la vida local. Desde entonces, los bancos del tiempo se han multiplicado en todo el mundo.

Mujeres más solidarias
La representación femenina en estas redes fue siempre mayoritaria, ese desequilibrio tendría su explicación en que las mujeres tienen un sentido de la solidaridad más desarrollado.

Y los servicios más solicitados son las ayudas domésticas, el baby-sitting y los servicios en el ámbito de la salud (masajes y terapias), aunque no faltan quienes necesitan ayuda para resolver los problemas con el ordenador, reparar algo en casa o una mano en la mudanza.

Por eso animo a los hombres a que también se animen, y para ello voy a poner el ejemplo: me he unido de momento a tres bancos del tiempo: uno propio de la universidad, otro con orientación hacia la sostenibilidad ("El ecolocal") y el último de caracter global: Kroonos
En éste último he ofrecido mis conocimientos en informática para arreglar ordenadores, recuperar datos borrados e incluso dar clases de informática básica-intermedia. Pero no te preocupes, tan sólo por registrarte y hacer algunas cosillas (como por ejemplo dar a conocer esta red social) te darán algunas horitas gratis para empezar. Yo por ejemplo ya tengo 6 horitas y aumentando ;)

Especialmente interesante es que quienes se ocupan de la gestión administrativa no trabajan benévolamente, sino que reciben una remuneración por parte del conjunto de los miembros del BDT.

No con dinero, sino con el tiempo, la única moneda de cambio permitida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe aquí tus comentarios, en breve serán publicados.

 
Contador Gratis